Una perspectiva desde el Coaching a Empresas Familiares

Soy una de esos recién llegados al campo de la consultoría de empresas familiares. En realidad no soy un consultor, sino una coach ejecutiva con excelentes herramientas y experiencia para ayudar a los dueños de negocios y empresarios para lograr el éxito.

Cuando asistí a mi primera conferencia del Family Firm Institute (FFI), hace tres años, me sentí asombrada por la seguridad que algunas familias depositan en sus "asesores de confianza".

Como una nueva persona que incursiona en este grupo exclusivo de consultores, poco conocía sobre lo que buscaban los dueños de empresas familiares en estas diferentes disciplinas de asesores. Compartiendo con algunos de ellos, es evidente que han construido relaciones profundas y se han convertido en “hombres de confianza” de los dueños de negocios y sus familias.

También me encontré con otras sorpresas, como lo fue la ausencia de especialistas en la dinámica familiar que no sean terapeutas o psicólogos, así como de coaches de negocios.

Para mi beneplácito, el FFI ha realizado algunos esfuerzos para elevar el nivel de calidad y preparación de algunos de estos asesores y ha sistematizado cursos de certificación impartidos por otros miembros, a la par de similar trabajo realizado por algunas universidades u otros institutos privados en el mundo.

Como algo fascinante, aprendí que a medida que los asesores de familia se involucran más en la intimidad de la dinámica del negocio familiar, empiezan también a entender otras necesidades no muy evidentes para los miembros de familia. Incluso, algunos consultores se animan, más bien se atreven, a ofrecer una solución, sugerencias o recomendaciones a sus clientes sin tener la experticia necesaria.

Afortunadamente y en paralelo, los propietarios y miembros de familia cada día se preparan más para atender sus negocios y pueden diferenciar que consultores serán mejores para sus empresas. Hay incluso programas de MBA adaptado a las empresas familiares.

Ya empieza a verse en algunos mercados consultores más conscientes de las habilidades y herramientas y experticia que pueden ofrecer.

Sin embargo, la mayor parte de estos esfuerzos están tratando de resolver el Cómo y el Qué de la gestión de un negocio. Lo que creo que nos falta es que no estamos abordando el corazón y el alma de la familia. El ¿Quiénes somos?, a menudo se ignora. Un consultor me dijo en confianza que a menudo ignora el componente emocional de la empresa familiar, porque "es demasiado compleja" o literalmente "mejor me hago la vista gorda".

"Caramba. - Me dije a mí misma- Tengo un océano azul aquí" [2]. Con esto me refiero a que este es exactamente un campo no explorado por el asesor común de empresas familiares y es una oportunidad para coaches de dar servicios a empresas familiares. Precisamente, el rol central del coach es servir de espejo neutral a sus clientes, donde se discutan en privado los intereses y miedos y otros temas de alta relevancia para el éxito o fracaso del negocio. La habilidad de poder llevar las emociones al centro del juego, la creación de conciencia y honrar a nuestros sentimientos y lo que somos, con la intención de no crear caos o conflicto, sino para que los miembros de familia los reconozcan como parte de su humanidad.

Para la permanencia y rentabilidad las empresas familiares y sus miembros, es importante mantenerse auténticos, reconocer habilidades o falta de las mismas para guiar el futuro de sus empresas y preservar sus valores, y la “chispa” o vitalidad de su negocio para mantenerlo vivo y entusiasta sobre su futuro.

Cuando los coaches trabajamos con las empresas familiares, se comienza con la comprensión y descubrir las historias que han dado forma a lo que son como una familia y hacia dónde se dirigen, como los dueños de negocios. Nos enfocamos con los clientes a lo que es Posible no con lo que está roto.
Construimos un espacio sagrado donde es posible un diálogo sano sobre los deseos, donde se pueden hablar y entender, e inclusive darse feedback sobre las cargas emocionales que pueden estar repercutiendo en las decisiones estratégicas del negocio.

Lo más importante es que los coaches los vemos como seres humanos. El coach del propietario de la empresa familiar entiende sus pasiones principales y las motivaciones que lo llevan a actuar o lo paralizan. En nuestro rol también tratamos de entender sus modelos de negocio, la visión y el legado que todos quieren dejar. El coach No Les Dice qué hacer o cómo hacerlo. Sin embargo, el cliente encuentra un gran valor en darse ese alto en el hacer para reflexionar en su actuar.

Nuestra metodología se basa en hacer preguntas provocadoras para inducir a la reflexión y generar nuevas posibilidades para una acción posterior. Creemos que el cliente es sabio y ya tiene las respuestas. Lo que le damos es su poder personal: el poder buscar sus propias respuestas que una vez validadas pasan a la decisión y “estalla” su sabiduría. También creemos que la sabiduría no viene con la edad y tenemos ejemplos de sucesores de segunda y tercera generación que están liderando el negocio en una nueva era. Son audaces, valientes y muy bien educados.

Hemos visto muchos hijos e hijas o nietos del fundador desafiar el “status quo” de su negocio. Ellos son muy respetuosos de lo que se ha creado y están heredando, pero están atentos en mantenerse al día con los cambios de nuestros tiempos y saben que algunos modelos operativos actuales no harán el negocio sostenible. Padres: A escuchar a los jóvenes y dar la bienvenida a sus ideas regeneradoras.

Por último, me cautiva ver el amor que rodea a todas las decisiones en las empresas familiares, es el cuidado de su hacer. Como coaches hemos encontrado un nuevo nicho, uno en el que aprendemos todos los días con miembros de la familia.

Sin embargo, como buenos coaches no debemos ser complacientes. Tenemos que recordar y retar a nuestros clientes a permanecer honestos consigo mismos, de modo que puedan liderar con Propósito de Vida del negocio y más allá. Si hacemos eso, no solo los acompañaremos en el Hacer sino en Ser líderes que permitan lograr mejores resultados para su negocio.

Estoy muy emocionada con esta nueva experiencia de trabajar con negocios familiares. ¡Es solo para coaches con espíritu de aventura y coraje!

[1] FFI es una institución internacional que agrupa a profesionales dedicados al estudio y asesoría de empresas familiares: www.ffi.org

[2] Libro “ Blue Ocean strategy “ W. Chan Kim and Renée Mauborgne